La pandemia por COVID-19 acelera la digitalización de las empresas españolas

España presenta un buen nivel en equipamiento digital de las empresas, por encima de la media europea, aunque sin colocarse entre los diez países más digitalizados según el índice DESI (Digital Economy and Society Index). Esto podría cambiar pronto debido a la aceleración de la transformación digital de las empresas provocada por la pandemia.

Según la encuesta Global Capital Confidence Barometer de EY, llevada a cabo entre febrero y marzo de 2020 en 46 países, el 70 % de los encuestados ha adaptado la transformación digital en sus procesos internos. Un 36 % asegura además haber acelerado su inversión en automatización.

Poniendo el foco en España, Yeeply, una plataforma de subcontratación de profesionales para proyectos digitales y tecnológicos, registró durante el periodo de confinamiento un aumento de un 240 % de los proyectos publicados en comparación al mismo periodo del año anterior.

La transformación digital es inminente y, en un mundo globalizado, la industria española se mide también con los competidores extranjeros. El tablero de juego es internacional, la velocidad de movimiento muy alta y el mensaje está claro: adaptarse es sobrevivir.

La pandemia golpea más suave a las empresas digitalizadas

El índice DESI coloca a España en el puesto 13 en la integración de la tecnología digital en la empresa. Somos alumnos aventajados en el uso de sistemas electrónicos para el intercambio de información (43 % frente a la media europea de 34 %); pero tenemos deberes pendientes en el análisis de macrodatos (11 % frente a 12 %) y el uso de la nube (16 % frente a 18 %).

Para muchas empresas, la pandemia por COVID-19 reafirma sus procesos de digitalización. Para otras, hace evidente que deberían haber empezado antes. «La transformación digital siempre ha sido necesaria», asegura Luis Picurelli, fundador de Yeeply. «Algunas empresas lo dejaban pasar y ahora les ha pillado el toro, pero la necesidad hace que el ser humano se vuelva hacia la innovación y las compañías están demostrando muy buena cintura y capacidad de adaptación».

«Si hay algo que han dejado claro estos meses de pandemia y confinamiento, es que los procesos en los que habíamos invertido más para digitalizar (o incluso automatizar) son los procesos que menos han sufrido», asegura Francisco Sánchez, CIO en Fermax.

La empresa valenciana, que aumentó su facturación un 2,7 % en 2019 hasta alcanzar los 64 millones de euros, empezó hace años el camino hacia la digitalización. Sus próximos pasos, tal y como afirma Sánchez, son la integración de clientes y proveedores mediante una plataforma B2B, la digitalización de la planta de producción o la dotación de nuevos servicios para su red de instaladores y técnicos.

Los avances tecnológicos más urgentes

Entre los procesos de transformación digital iniciados desde el confinamiento, destacan los que permiten el trabajo en remoto, la conectividad de los empleados o el seguimiento a distancia de procesos productivos.

Las herramientas de colaboración online se han convertido en una necesidad casi en cualquier empresa. Tal y como asegura Francisco Sánchez, «las herramientas de gestión documental online o de teleconferencia ya no son negociables».

También se ha hecho más necesario que nunca cualquier tipo de herramienta de captación de nuevos clientes ante una situación en la que la presencialidad se ha minimizado. Algunas empresas y fabricantes que tradicionalmente vendían a través de su canal de distribución (B2B) han virado a nuevas estrategias de venta directa a su cliente (B2C) o a través de herramientas con su distribuidor (B2B2C).

Abordar la transformación sin desbordar

La transformación digital es un proceso estratégico y costoso, tanto en recursos como en tiempo y personal. Por ello la toma de decisiones no es siempre tan ágil como la ocasión lo requiere. «Estamos abordando muchos procesos de transformación digital a medio gas: los directivos deben eliminar al máximo la incertidumbre a la hora de tomar decisiones estratégicas», afirma Luis Picurelli.

Para hacer frente al arranque de estos proyectos, desde Yeeply recomiendan empezar por un diagnóstico en el que se evalúen las necesidades cubiertas y las carencias que pueden ser subsanadas con una herramienta o solución tecnológica. Este diagnóstico debe abordar seis áreas fundamentales: relación con el cliente, relación con el proveedor, gestión de personas, distribución o red comercial, procesos y dirección o gestión global empresarial.

«A partir de aquí nuestra mejor experiencia consiste en aplicar metodologías innovadoras ágiles, orientadas al cliente o usuario de la solución y con el mínimo

coste posible para que suponga el mayor retorno en rentabilidad», explica Picurelli. Esto permite obtener soluciones quick wins, orientadas a necesidades muy concretas, con una adopción real y rentable.

Un reto obligatorio también para la pequeña empresa y las start-ups

En España el tejido empresarial formado por la pequeña empresa, micropymes y autónomos suma un 99 % del total de empresas, según datos del Gobierno compartidos en el Plan España Digital 2025. Por ello, el proceso de digitalización de la economía española recaerá forzosamente también sobre este tipo de compañías.

Pese a que su capacidad de inversión en tecnología dista de la de una gran empresa, la pandemia ha hecho evidente el potencial del canal online como motor de crecimiento.

«La transformación digital está al alcance de todos y diría que es una obligación más que una necesidad», afirma Gustavo Gómez-Lechón, Global Business Director de la aceleradora de empresas Vision Alley. «Los autónomos y las micropymes, con escasos recursos económicos y de tiempo, pueden digitalizarse con ayuda externa o subcontratada, hoy en día al alcance gracias a la localización remota de expertos».

Este tipo de empresas puede recurrir a la externalización de procesos de ideación, investigación, desarrollo tecnológico y expansión digital, algo que les permite enfocarse en la base de su negocio y llegar al mercado con un producto o servicio mejor definido.

Al contrario de lo que se pueda pensar, las oportunidades están también al alcance de estas pequeñas empresas, siempre y cuando sean capaces de adaptarse. Tal y como afirma Gómez-Lechón, start-ups de sectores, como por ejemplo el del social listening, reciben a diario cientos de ofertas para colaborar o incluso participar en start-ups de diferentes sectores como el fintech, insurtech o agtech.